Hacia un lenguaje de la acción. Clemente Padín
(Capítulo V del libro "De la Représéntation a l´Action" (1973) de Clemente Padín)
Antes de continuar adelante sería bueno aclarar la naturaleza del signo del lenguaje de la acción según las conclusiones de temas y variaciones. Por una parte, a nivel de significante, la acción opera sobre la realidad y, por la otra, a nivel del significado, opera ideológicamente. Veamos un ejemplo claro y simple: los miembros del gobierno uruguayo, entre mediados de septiembre y comienzos de octubre, han viajado al interior de la República para estudiar los problemas nacionales y sus eventuales soluciones. Así, el signo-acto operó a nivel de la acción por el viaje real y efectivo: los miembros del gobierno se reunieron en la Fortaleza de Santa Teresa y en el Hotel Nirvana que se encuentran en el interior del país y, a nivel del concepto, despertaron en la opinión pública la idea siguiente: el gobierno se pondrá en marcha para solucionar a los problemas nacionales. Otro ejemplo concreto: a mediados de octubre el gobierno había decidido derribar dos viejas estructuras de cemento construidas años antes para instalar un aerocarril para unir la Playa Malvín a una isla cercana pero, a causa de la impracticidad del proyecto, nunca se llevó a cabo. Así, el signo-acto obró, a nivel del significante, con la real y efectiva demolición de las estructuras de cemento y, a nivel del significado, por la idea de que el gobierno demolirá todas las estructuras que no le sirvan al país.
Estos ejemplos sirven también para demostrar que es posible servirse de los signos (no importan a que lenguaje pertenezcan) para tapar la realidad bajo un manto de signos y de representaciones. No importa qué lenguaje, incluso el lenguaje de la acción, se puede decir lo que se quiera y la verdad se impone por la autoridad del emisor como en los ejemplos citados o mediante otros artilugios conocidos. También es cierto que no importa qué lenguaje se emplee para expresar la verdad cuando aquello que se expresa se acomoda a la realidad. Para unos se quiere que un sistema determinado pueda expresar cualquier cosa a través de un lenguaje y negarlo a través de otro. Son los desajustes imperceptibles entre la teoría y la práctica de los movimientos estéticos, p.e., o los conscientes y calculados cuando se trata de la propaganda política, p.e.
Luego del esquema que hemos seguido convendría ahora detectar las corrientes o las acciones artísticas que presentan rasgos determinantes propios de la acción y observar cómo, de la misma manera que surgen y se desarrollan, se imponen los rasgos que marcan el pasaje del arte de la representación de la realidad al arte de los signos que sirven para representar. Así será posible ver cómo, en las diversas corrientes de arte moderno, existen elementos propios del lenguaje de la acción, aunque determinados, que marcarán, en un futuro no muy lejano, el pasaje del arte de los signos del arte al arte de lo que hasta el presente era representado, es decir, la REALIDAD.
No se debe dejar pasar el hecho de que hasta un lenguaje de la acción obrara, en tanto que lenguaje, como todos los sistemas de representación de la realidad conocidos y podrá ser utilizado de acuerdo a la voluntad de quien emita la frase o el discurso de la acción. La novedad del lenguaje de la acción reside en la naturaleza de su signo que opera directa e inmediatamente sobre la realidad y no solamente a l nivel mediato e indirecto de lo ideológico como en los demás lenguajes. Así, a comienzos del año 1971, propuse, en una serie de comunicados sucesivos, lo que en su momento consideraba debía entenderse como arte moderno y que llamé arte inobjetal en el sentido de un arte sin el objeto artístico, un arte sin la obra, con la intención de transferir la finalidad del objeto que servía de canal para la información estética a la posible acción que podría desencadenar el consumidor.
MÉTALE EL DEDO O LO QUE QUIERA...
Y sienta el vacío y la frustración que le espera detrás de la hoja. No de otra manera opera el arte: le brinda un sustituto de la realidad para que Ud. pueda escapar de ella. Arte es lo que Ud. hará en relación directa con lo que lo rodea y no en relación a un sistema representativo de esa realidad.
Con esta proposición pretendía poner en evidencia y relevar la naturaleza simbólica del arte, en el sentido de que, en todos los casos, se trata de sublimaciones o vías de escape de las tensiones o deseos no realizados de aquellos que lo crean, en cualquier caso una suerte de masaje del espíritu o de reposo de fin de semana. También señalar que el artista opera con sistemas de representación de la realidad (lenguaje) , sobre todo sobre esos lenguajes y no directamente sobre aquello que representan.
Esta actitud reconoce antecedentes muy directos y cercanos: la crítica intensa de los sistemas de representación realizada por el grupo de artistas reunidos en las revistas francesas Approches y Agentzia. El movimiento Meta-Art promovido por la revista Ne Coupez Pas de Jean-Claude Moineau; el movimiento La Poesía Dos Puntos y el grupo de la revista Vivlalib con Julien Blaine, Daniel Daligand, J. P. Page, Alain Roussel y otros; el entorpecimiento de los canales de comunicación oficial realizado por el grupo de artistas argentinos nucleados en la experiencia Tucumán Arde y otros llevados a cabo por el ya mencionado grupo Vivlalib y artistas como el italiano Sarenco; los esfuerzos por modificar radicalmente los canales de comunicación estética a cargo de artistas como Franco Vaccari, Jochen Gerz, Jean-Francois Bory, Alain Schifres, Adriano Spatola, Guillermo Deisler, Alain Arias-Misson, etc. Los intentos por trastocar los mecanismos codificadores y por descubrir la naturaleza de la obra de arte de los procesistas en particular Wlademir Dias-Pino y los artistas agrupados en la revista Diagonal Cero dirigida por Edgardo Antonio Vigo y otros, han hecho posible mi proposición.
Después, a mediados de Mayo/71 envié otro comunicado Inobjetal 2. Era una hoja impresa, plegada en cuatro y engrampada a otra que decía prohibido en varios idiomas. El texto en su interior es el siguiente y el comentario se hace sólo.
"Si Ud. lee esta nota, ha comprendido: que ha realizado un acto al intervenir sobre un objeto cuyo único propósito fue desencadenar la sinapsis pensamiento/acción; que Ud. resolvió adecuadamente la supuesta contradicción pensamiento/acción o concepción-del-acto/ejecución
Más tarde, en Junio 1971, envié Inobjetal 3 con, prácticamente, toda la formulación teórica de mi proposición:
Puestos a la búsqueda de un sistema artístico capaz de superar los vicios y fallas visibles del arte de hoy y enfrentados al hecho de que en su conjunto, las normas más o menos racionales que cada vanguardia se establece para su actividad adolecen del mismo defecto, es decir, constituir un sistema de representativo de la realidad con la finalidad de evitarla; nosotros hemos querido establecer otro que evite el malentendido. Y, realmente, existe otro sistema más coherente y representativo que cualesquiera de los que el arte actual presume: el arte sin objetos, sin la obra, el arte inobjetal.
El objeto, creado en esta función estética, se opone a la indisoluble unidad arte/vida, se levanta como un muro entre el hombre y su medio y le impide una relación adecuada: si ama debe amar y no expresarlo simbólicamente, utilizando para ello uno, muchos o todos los sistemas representativos a su disposición. Eliminando el objeto de arte, el arte se transporta al punto del cual nunca debió salir, la unidad, la sinapsis pensamiento/acción. El arte inobjetal al dejar de lado a la obra elimina las otras consecuencias: la utilización de los sistemas representativos fácilmente deformables por el "status" en su beneficio o, en el mejor de los casos, en beneficio del propio autor ávido de ejercer la autoridad de sus normas personales; y eliminará también el consumo de la obra de arte con todo lo que significa de manipulación de conciencias, de actividad comercial, de exhibicionismos amorales, de privilegios de clase.
Las únicas etapas que se mantendrán en el arte inobjetal serán la concepción o proyecto y el mecanismo de ejecución y todo lo que se presente como fruto de la ejecución y no del funcionamiento de su mecanismo, no será inobjetal, es decir, la no-obra o la obra que "dice que no lo es" serán, aún, objeto-obras.
El arte inobjetal será rico o pobre según el grado de ajuste o desajuste del artista con su medio y su conducta será adecuada si interviene sobre el medio transformándolo, de la misma manera que el propio medio le transforma y modela. Será pobre si la relación es pasiva, si su valor de verdad es falso, si tolera las presiones del medio sin obrar. Será "buena" si actúa y modifica la relación de las fuerzas en que bullen en el interior de cada cosa viviente que nos rodea en beneficio de la satisfacción de las necesidades de los hombres que se mueven junto a nosotros. Aún no es la vida, pero es lo que más se le parece: destruir los hábitos de conductas regresivas, indiferentes y pasivas, reunir las partes que separa el sistema (pensamiento/acción) para preservarse. Tanto una como otra etapa autoriza una concepción y realización individual y colectiva. Bastará con la realización simple de un pensamiento inmediato, p. e., meterse debajo de la silla, cambiar una tabla de lugar, telefonear a un amigo, etc., pero, también, bastará saber el grado de la alteración obtenida en el entorno según el acto realizado para saber si se ha establecido una relación adecuada y fecunda. La propia coherencia y probidad artística nos llevará a desear y llevar adelante transformaciones profundas en el medio, de lo cual dependerá la autenticidad de nuestra relación con el medio.
Estimado amigo: INOBJETAL les invita a trasmitir su experiencia en este sentido, no para construir un objeto de lectura o delectación sino para crear un cuerpo de información que al trasmitirse sólo podrán enriquecer los actos que otros concebirán y realizarán". Junio, 1971
Finalmente en Agosto 71, envié el último de la serie:
"Entre uno y otro media un abismo. Una diferencia no en cantidad sino en calidad: el testimonio de un salto, no de un paso. Transportar al arte a esa zona intermediaria entre los dos momentos, la acción que modifica cualitativamente el "status" es la intención del arte INOBJETAL.
La obra de arte (después) es también un producto diferente del elemento inicial (antes) pero no modifica el "status" sino que lo desarrolla, pues se trata de la "zona de seguridad" del sistema. El arte debe salirse del arte, debe restarse de los sistemas de representación de la realidad para volverse sobre la realidad misma, no transportando sus vicios (la obra en sí y por sí misma, la creación, el consumismo, la reflexión conceptual sobre sí misma, la representación simbólica de un movimiento del espíritu) sino transfiriendo su capacidad de acción, sus normas de conducta activa frente al medio, su imaginación inagotable, sus propósitos jamás desmentidos de mejorar la vida de los hombres". Agosto, 1971
El sentido de colaboración de los artistas no se hizo esperar y, es así, que recibí las obras siguientes más o menos insertos en el sentido artístico que proponía.
KLAUS GROH
Cuando comprendí la naturaleza del signo del lenguaje de la acción, detuve mis investigaciones a causa de la contradicción evidente e imposible de no ver: la información tiene la necesidad de un objeto para transmitirse, así sea una hoja o un disco, un ambiente o una acción. La pretendida distinción objeto en y por sí mismo, objeto que parecía superar la contradicción no funcionó pues las connotaciones dependen del interpretante: un zapato sirve tanto para calzarse como para clavar un clavo en la pared, según la función que uno le quiera dar y si, sobre todo, son usados generalmente para calzarse se debe a que su rasgo determinante es ése, impuesto por el uso y la convención, es decir, un objeto para proteger el pié. Sin embargo, la experiencia INOBJETAL no deja de ser provechosa aunque más no sea por haber permitido el nacimiento de otros posiciones más coherentes y adecuadas a la realidad.
Es así que hemos vuelto a nuestro punto de partida: tenemos la conciencia nebulosa de la existencia de un lenguaje de la acción (que los latinos ya reconocían: res non verba) y hemos detectado la naturaleza de su signo (la información estética que el artista trasmite enriquece el repertorio del receptor posibilitando mejores niveles de comprensión de la realidad y, como consecuencia de ello, aumentan las posibilidades de operar sobre la realidad, pero, no es la obra quien altera la realidad sino quien la consume; por el contrario con el lenguaje de la acción, el artista utiliza no solamente el mecanismo habitual del proceso de información estética según las normas tradicionales obrar a nivel ideológico- sino que, también, su obra puede operar directamente sobre la realidad!). Desconocemos el resto: ¿cómo se puede articular una frase mediante el lenguaje de la acción? ¿Cuáles son las unidades no significativas o significativas? ¿Existe un diccionario o código de actos? ¿Será posible superar el nivel de expresión referencial y acceder a niveles de expresión estética utilizando un lenguaje de la acción? La historia, ¿será un largo discurso de la acción transformadora del hombre sobre el mundo? y, ¿en qué medida, cada uno de nosotros se integra en ese discurso, es decir, cómo nos integramos en la historia? Y, en qué medida, transformamos el mundo con nuestros actos?
Clemente Padín
1973, Montevideo, Uruguay
El libro "De la Représéntation a l´Action" (1973) de Clemente Padín. Editado por primera vez en francés en 1975 por la Editorial DOC(K)S, de Marsella, Francia a cargo del poeta y editor Julien Blaine. Hoy día, 2003, la Editorial franco-argentina XUL: MOBIL-HOME:MANGLAR planea realizar, en 2004, una edición crítica - bilingüe (francés y español) de este libro a cargo del editor y crítico literario Florent Flajole en Buenos Aires, Argentina.
Este libro expone la propuesta de Clemente Padín en pro de una Poesía Inobjetal que se valiera exclusivamente del lenguaje de la acción en el marco de las experiencias artísticas radicales que se dieron a fines de los 60s.