Ángel Vivas Arias: Acciones corporales. Marialejandra Maza

Ángel Vivas Arias (Maracay 1949 – París 1986)
Acciones corporales

Marialejandra Maza

El azar siempre está presente en las propuestas de Ángel Vivas Arias, lo reinventa en cada una de ellas. En relación al azar Simón Marchan Fiz explica que esto “equivale a una vuelta a las fuentes de la vivencia, a la naturaleza” (Marchan Fiz, 1997, p. 155).

Marchan Fiz, advierte que algunas manifestaciones del arte objetual, los happenings, el accionismo, la vertiente antropológica del body art, entre otras, anuncian la vuelta al descubrimiento y presencia del sujeto dentro del arte. Al incorporarse el hombre a la acción plástica, surge una doble concepción o entendimiento de la naturaleza que engloba al individuo y su ambiente.

FIG Lo antes expuesto, según Marchan Fiz se traduce en una nueva sensibilidad, en la que se exalta la subjetividad ante lo objetivo y trata de retomar propuestas presentadas por el Surrealismo (Marchan Fiz, 1997, p. 155).

Existen también algunas incorporaciones de los artistas en las que se evidencian ciertas mitologías individualistas, o individuales, así como algunas manifestaciones que tienden a rechazar lo tecnológico, dando preferencia a lo artesanal o natural.

Al analizar las primeras Intervenciones gestuales (1978) de Ángel Vivas Arias, en las cuales se hace notorio su recurrente interés por demostrar el valor de la naturaleza, se aprecia que no es gratuito que el artista se inserte en la naturaleza proyectada de sus Antifotografías proyectables (1977), y dé inicio, así, a las Intervenciones gestuales, que se traducen como el comienzo de la fusión del hombre con la naturaleza en su obra. Su cuerpo pasa a ser objeto de arte y un medio de expresión más; el artista lo explica:

No pinto, sino que soy la pintura. Soy una escultura viviente. Yo soy la obra, no que la obra lo condicione a uno. No sé si las obras son un pretexto para mis acciones (Vivas Arias en Ettedgui, 1980, Octubre 4, pp. 4-0 / 4-2).

En las Intervenciones gestuales el azar se traduce en un acto espontáneo, en acciones casuales que surgen durante su presentación, son momentos en los que el artista presenta ante el público su mundo compactado, pero en un espacio que no le pertenece, es decir, transfiere su ambiente personal a un ambiente público.

En el momento de la acción se establecen relaciones inesperadas entre él, sus objetos y el público, se generan situaciones en las que se busca la integración de los elementos: artista-obra-público, se busca accionar al público e involucrarlo con sus representaciones ambientales.

Según Castillo, artista plástico, las acciones de Vivas Arias eran, frecuentemente, muy largas; podían durar de quince minutos a más de una hora. Las relaciones que establecía con los elementos en la escena eran interminables, para Castillo, a Vivas Arias le costaba cerrar o concluir sus acciones (C. Castillo, conversación telefónica, 2005).

Realmente las relaciones eran interminables y el azar ocasionaba que se extendieran en el tiempo, pues nada era ensayado. El artista, por su parte, con estas Intervenciones gestuales

buscaba expresar la dimensión plástica de su cuerpo, quería convertir su cuerpo en un medio de expresión fundamental: hablaba, cantaba, danzaba, recitaba poemas, hacia mímica, interactuaba con objetos encontrados, con pinturas, dibujos y simbolritmos, sin planificar previamente ninguna de sus acciones (Chacón, 1992, p.22).

Respecto a la relación que entabla Ángel Vivas Arias entre su cuerpo y los objetos encontrados, Roberto Guevara dice:

En sus intervenciones gestuales, trata de “animar” los objetos, de trasponer la función utilitaria que alguna vez tuvieron y adjudicarles una nueva actuación, en una relación mitad simbólica, mitad inconsciente y mágica; pero, por otra parte, también los objetos actúan sobre el artista, de modo intenso y obvio. Esta relación de ambivalencia es el contrapunto habitual de Vivas Arias con los objetos. Los toma, los activa, los convierte en articulaciones de un lenguaje gestual y escénico que suele llamarse “performance”. También se sobrecoge ante ellos, se mete dentro, deja que ellos penetren en su existencia y rescaten pavores de su infancia y aullidos casi musicales nacidos de raigambre presumiblemente más remota (Guevara, 1980, Octubre 14, p. 16-C).

Vivas Arias logra la fusión de los elementos presentes en sus acciones, se funde el objeto con su cuerpo, los objetos terminan siendo extensiones de su cuerpo y, a la vez, representaciones del pasado del artista. Las significaciones convergen en un mismo tiempo y lugar, dirigidas por el artista, que manipula las piezas, según lo que le propone su instinto en ese momento. Por su parte, Bélgica Rodríguez explica que:

Hay en las “intervenciones gestuales” de Vivas Arias un desbordamiento que impide toda tentativa de clasificación.

Cantos, danzas, objetos encontrados, lenguaje del cuerpo, discursos en idiomas inventados, parecen conformar una experiencia estrechamente ligada al azar, a la improvisación. Hay improvisación, hay azar, pero el artista domina su gesto, su acción; coordina todo lo que sucede en el momento del acto, para producir un todo armonioso, rítmico y coherente. Es un proceso racional, legible e inteligible (Rodríguez, 1980, Octubre 5, p. E-19).

Al artista no le gustaba aplicar el término performance, pero lo entendía como una cadena de objetos que mostraba al público para que lo identificaran a él. Asimismo expresó su preocupación por el tiempo y el espacio, elementos que le permitían alcanzar y descubrir la “angustia existencial y la soledad del hombre” (Jiménez, 1980, Enero 16, p.4-0).

El artista tenía la necesidad de que el público lo reconociera en los objetos, de que los objetos lo describieran, haciendo de esos objetos unos elementos autobiográficos, ya que a través de ellos el público podía descubrir quien era Ángel Vivas Arias.

Por otra parte, el artista siempre manifestaba una preocupación por el tiempo, por el espacio y por el papel que le tocaba desempeñar dentro del universo, esas relaciones cósmicas le generaban una angustia que necesitaba comunicar al público presente en sus acciones. Y se entiende así el hecho de que él viera a las acciones (performance) como todo un ritual que nace en ese momento, que se produce por el estado del espíritu sin nada ensayado previamente. Se trata, en todo caso, de buscar la complicidad del público” (Jiménez, 1980, Enero 16, p.4-0).

Vivas Arias rompe con la tradición al presentar la fusión casi impensable de diversas técnicas y expresiones artísticas. Era como forzar las relaciones y establecerlas tomando como eje principal su presencia dentro de la propuesta plástica: él era el protagonista y alrededor contaba con sus elementos. En 1980, Bélgica Rodríguez expresa la complejidad de esta ruptura:

Es como querer enraizar una serie de objetos encontrados, de acciones gestuales, de dibujos, de partituras especiales, dentro de una nueva mitología del arte. ¿Se trata entonces de romper con una tradición? En parte sí, en parte no. Pero sí se trata de codificar una proposición estética a través de múltiples formulaciones y de diferentes lenguajes (Rodríguez, 1980, Octubre 5, p. E-19).

El mismo año que presenta las Intervenciones gestuales (1978) desarrolló los Actos decadentes y desesperados, “especie de performances fotografiables en los que el artista experimenta con diversos materiales produciendo sonidos, gestos, etc., asociados a elementos del Kitsch y a la estética de lo decadente” (Chacón, 1992, p. 59).

Para la década del ochenta presenta varias acciones tanto en Venezuela como en París. Su participación fue muy activa en los espacios museísticos, sus propuestas eran muy comentadas por los periodistas y la crítica de arte del momento. En 1980, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas presenta la muestra Objetos encontrados e intervenciones gestuales. Esta muestra generó muchos comentarios del público en general y de los especialistas:

En la sala se encuentran algunos dibujos y objetos del artista que no se pueden ver a causa de la gente. Toda la atención se concentra sobre esa persona que emite ruidos, gesticula y responde al público en ocasiones. Mucha gente no entiende. Hay demasiada (o) calor y salen de la sala para tratar de ver que es lo qué está pasando desde afuera. No podría decir si hay aceptación o rechazo. Más bien sorpresa. Y el comentario generalizado de que (e)I performance de Ángel Vivas Arias se ubicaba mejor en el escenario de un teatro (Delgado, 1980, s.p).

Vivas Arias presenta en sus acciones una relación plástica–teatral, en la que incorpora sus objetos de manera improvisada e inconsciente. Propone un teatro personal autodescriptivo, cuyo proceso de creación se desarrolla a medida que va presentándose ante el público. El artista no se limitaba a manifestar sus emociones, todo lo contrario, eran acciones en los que la energía del artista se daba a conocer. En Venezuela ese mismo año presenta en la Galería de Arte Nacional, para la muestra Arte Bípedo (1980), una de sus Intervenciones Gestuales que llamó Aspectos de la momificación del corpus sagratus de Ángel Vivas Arias.

En 1982 presentó unas Intervenciones gestuales llamadas Los Pictodramas: “especies de cuadros vivos en los que el artista utiliza su propio cuerpo como medio de expresión plástica, valiéndose además del teatro, la danza, la música y la poesía” (Chacón, 1992, p.62). Ese mismo año presenta en el XL Salón Michelena, su propuesta El museo pictodramático, que sorprende a la crítica de arte y al público en general por la magnitud de la pieza. Es una inmensa caja-museo “de un peso aproximado de 80 kilos, la cual en el Salón, el día de la inauguración, se transforma en escenario para una de sus acciones de pictodramas” (Rodríguez, 1982, Octubre 5, p. 4-3)

Esta pieza es un cuadro-collage de estructura compleja que está conformado por cantidad de objetos de toda índole, incluso objetos que pertenecían a otros artistas plásticos amigos de Vivas Arias. Se conjugan todos los elementos y lenguajes plásticos que había explorado el artista hasta ese momento.

Al año siguiente (1983) en el pictodrama Autorretrato, el artista incorpora marcos de cuadros, pinturas, papel y otros objetos que le permiten interactuar con el público y presentar su autorretrato utilizando los lenguajes propios del performance. También presenta su Teatro plástico objetual: una instalación que tomaba conceptos del teatro, como la estenografía, la expresión corporal y los gestos. Con esta intervención el artista buscaba, de forma sutil, reacciones de sorpresa en el público, utilizando los objetos, los libros, los cuadros, el espacio, textos escritos, su cuerpo, su voz, y otros materiales que crean un escenario (Chacón, 1992, p. 63).

Al estudiar la obra de Ángel Vivas se evidencia el interés por generar múltiples formulaciones que parten del objeto encontrado como recurso expresivo, y permiten apreciar la transformación del objeto-función en objeto multi-significativo, cuyo recorrido se inicia en la elección de elementos que imprimen el carácter personal del artista y su interés por generar nuevos y diferentes lenguajes que le permitan comunicar sus ideas.

Bibliohemerografía

Marchán Fiz, Simón (1997). Del arte objetual al arte de concepto. Epilogo sobre la sensibilidad postmoderna. Madrid: Ediciones Akal.

Chacón, Katherine (1992). Ángel Vivas Arias: Antología del desarraigo: pinturas, dibujos, fotografías y objetos. Maracay – Caracas: Museo de Arte de Maracay y Ateneo de Caracas, Galería Los Espacios Cálidos.

Ettedgui, Marco Antonio (1980, Octubre 4). Ángel Vivas Arias busca objetos. Las sensaciones fetichistas y otras búsquedas encontradas. El Universal, pp. 4-0 / 4-2.

Guevara, Roberto (1980, Octubre 14). Artes plásticas: Cosas de Vivas. El Nacional, p. C-16.

Carlos Castillo (2005): Entrevista telefónica con Marialejandra Maza. Caracas

Rodríguez, Bélgica (1980, Octubre 5). Ángel Vivas Arias. Historia grande o pequeña. El Nacional, p. E-19.

Jiménez, Maritza (1980, Enero 16). La naturaleza como artista en la obra de Ángel Vivas Arias. El Universal, p.4-0.

Delgado, Lenelina (1980). Ángel Vivas Arias y su Intervención gestual. El Universal, s.p.

Rodríguez, Antonio (1982, Noviembre 8), Los accesorios de la mitología poética de Ángel Vivas Arias. El Universal, p. 4-3.

Fig. 69 Ángel Vivas Arias. El Museo pictodramático. 1982. Presentado en el XL Salón Arturo Michelena. Tomado de Rodríguez, Antonio (1982, Noviembre 8), Los accesorios de la mitología poética de Ángel Vivas Arias. El Universal, p. 4-3.



Texto extraído de:

Maza, Marialejandra (2007): El objeto encontrado en las obras de Gabriel Morera y Ángel Vivas Arias.

Tesis de grado para obtener la licenciatura en Artes no publicada, Universidad Central de Venezuela, Caracas.