La performance ¿con qué se come?. Pancho López

La performance ¿con qué se come?
Pancho López

En mi oficina, en el Museo del Chopo, la mayor parte del tiempo la paso tratando de explicar qué es el performance. Parece exageración pero en promedio gente diferente me lo pregunta unas 5 veces por semana. Incluso ya me ha tocado atender llamadas telefónicas con desconocidos exclusivamente para tratar de explicar lo que significa.

Tal vez sea un karma intrínseco a esta disciplina o quizá sea un método para autoafianzar un término que empleo a diario, pero que todos los días cambia un poco.

Seguramente habrán escuchado por ahí esta palabrita y seguramente se habrán preguntado de qué se trata y con qué se come. Habrán notado que casi siempre se asocia con fiestas, discotecas y los famosos raves, sin embargo el performance va más allá de un simple espectáculo.

Empecemos con decir que se trata de una palabra en inglés que se ha ido colando en nuestro hablar cotidiano, que cada día se castellaniza más, pero que no deja del todo claro su uso y definición.

En el diccionario se traduce como acción, presentación, desempeño, y por lo tanto supone un acto que se presenta en vivo. Si bien pareciera una explicación bastante clara, nos deja con una problemática compleja, pues si nos fijamos, con esta traducción casi cualquier cosa podría ser un performance.

El performance es un arte vivo que regularmente busca explorar los límites de diversas disciplinas. Es un arte híbrido que exactamente igual que cócteles y bebidas exóticas como la piña colada y las margaritas, requiere un proceso de elaboración con diversos ingredientes, para dar como resultado una mezcla con un sabor nuevo y único.

En el performance se puede emplear cualquier elemento de cualquier disciplina y procedencia para su presentación, pero es importante señalar que el cuerpo del artista es el soporte principal de la obra. Es un arte regularmente efímero, quizá uno de sus propósitos principales sea crear y construir imágenes a partir de ideas; hablando del diccionario yo siempre he pensado que se trata de una manera de traducción de las ideas (o sentimientos, angustias, etc.) a acciones físicas, a situaciones que describen y representan alguna realidad específica (o ficticia).

Sin embargo, el performance no es teatro, no es representación ni mímica. Este arte puede representar algo con el fin de presentarlo, de hacerlo visible y evidente, pero esa representación no es más que uno de los recursos que emplea.

Hay muchas maneras de abordar al performance, pero he empezado a darme cuenta que tal vez la subjetividad es la guía esencial. Cada uno imprime sus gustos y preferencias al momento de hacer o presenciar una acción, nuestra formación y experiencias personales influyen en las lecturas que se puedan tener.

No podemos separar lo que sentimos de lo que vemos, siempre juzgamos a partir de lo que nos inculcaron de pequeños y de lo que hemos ido aprendiendo con el paso de la vida.

Pero creo que un punto importante a mencionar es la intención, qué es lo que nos orilla a hacer algo y presentarlo ante los ojos de los demás, ¿por qué queremos exhibir nuestros problemas, gustos, dolencias o alegrías?

Desde mi punto de vista hay tres tipos de performance, y esto depende de su intención. Hay acciones que se presentan con el único fin de entretener y generar una atmósfera agradable, un ambiente visual rico y colorido que atrape a los presentes y que cree un divertimento: el performance como espectáculo (tal vez lo más cercano a los raves de los que hablaba).

Otras acciones buscan escudriñar y resolver dinámicas personales, sociales y hasta políticas, y dependiendo de sus herramientas y resoluciones, así como de los mecanismos de presentación, me inclinaría a decir que es el performance como arte o como ritual.

Pero en todos los casos, y como decía al inicio de este texto, el cuerpo está presente y lo convertimos en un lienzo en blanco, en el cual se hacen los trazos que contarán una historia a través de metáforas.

Me arriesgaría a decir que con eso se come, con metáforas y situaciones que describen nuestro sentir, cuando las otras artes no nos son suficientes para expresar lo que sentimos, o simplemente nos son ajenas, es cuando recurrimos al gesto para describir, en tiempo y espacio real, lo que no pueda trasmitirse con mecanismos tradicionales.

Es como una licencia, como un permiso performático en el que nos apoyamos para hacer lo que sea y esta licencia es lo que le permite al performance, andar caminando siempre entre muchas y diferentes disciplinas.

Difícil tarea, pero decidí tratar de explicármelo a mí mismo por escrito y compartirlo con ustedes, sin embargo espero no haberlos hecho más bolas, y si tienen alguna pregunta o comentario escríbanme, total, como quien dice, ¿dudas? Aquí se las ampliamos.

Pancho López
performance001@hotmail.com

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