Entrevista a Rocío Boliver. Filemón Alonso

Del mismo modo que una aguja magnética apunta hacía el norte, los performances y en cierta medida también la vida de Rocío Boliver, alias La Congelada de Uva, señalan hacía el Eros (según ciertos pensadores, Eros y Thánatos son los dos mares que rodean la existencia y sus manifestaciones). Filemón Alonso charla con este personaje en la primer entrega de mujeres performance.

Mujeres Performance: La Congelada de Uva

Recuerdo la primera vez en que ví a La Conge: bailaba al ritmo de los sonidos producidos por unas máquinas manipuladas por unos dj´s. Daba la impresión de estar frente a alguien entachuelado, freneticamente ensimismado y sin parar de bailar. Llevaba puesto un oberol azul marino y en alguna parte de la noche se le ocurrió descubrirse de la cintura para arriba, sin llevar brassiere. Boliver atrajó hacía sí, como imán, a una parvada de hombres hipnotizados que ya le exigían se quitara toda la ropa.

De pronto se dio cuenta que ya no podía controlar la dionisíaca situación y huyó del lugar. Imposible hipotetizar sobre qué habría sucedido en el remoto caso de haberse quedado. Como ella misma dice, el performance es una acción en bruto que una vez ejecutada proporciona múltiples lecturas, un shock que poco a poco se va asimilando con el paso del tiempo.

¿Dónde me encontré con la también autora de la novela Saber EsCoger? Nos quedamos de ver afuera del Museo Carrillo Gil. Llevaba puestos unos guantes color rosa fluorecentes de esos que no cubren la totalidad de los dedos. Podríamos decir que a La Conge le simpatiza ser una mujer controvertida. ¿Modus vivendi? Sin escándalo, esa congelada se derretiría. Pero ¿hay límites? Rocío dice que sí, en este momento, por ejemplo, busca "por primera vez en muchos años un momento de descanso". Están desgastadas las epidermis de su cuerpo sometido al escrutinio público o al dolor autoinfligido. ¿La edad? Dice el irónico cineasta Bigas Luna que eso jamás debe preguntársele a una dama.

¿Sólo un joven puede ser entendido por otro joven?, ¿esa traducción generacional cómo se percibe en el ambiente performancero? Rocío opina que no tiene nada que ver con la edad. Hay jóvenes-viejos y viejos-jóvenes. Entender bien implicaría en consecuencia que se aceptara de antemano que el problema del conocimiento no radica allí (al menos, no del todo). Uno es conciente de lo que busca en el momento que se sitúa en el núcleo de aquéllo que necesita. Es decir, que dependiendo de lo que anhelas recibir es como te ubicas en el espacio/tiempo. "Nunca terminas de hacer performances , ahí esta el grupo Black Market International que tiene a gente de 60, 70 y 80 años de edad y siempre tienen algo nuevo que decir".

Rocío, ¿No te parece que la misma palabra "performance" está en crisis, qué momento vive el arte performativo en la ciudad de México?

- Prevalece un hartazgo evidentemente. Performances por aquí, performances por allá. Se volvió moda, canon, el "in" del arte chilango. Cuando oímos tal palabra la ligamos inmediatamente a una clase de gimnasia, aerobics o un espectáculo con bolas de fuego. Tenemos una vaga noción de aquellos eventos que se presentan ya de manera institucional y casi obligatoria en la mayor parte de inauguraciones de obra artística en galerías o museos. No siempre fue así. Hubo una vez en que la geografía tenía otras fronteras. Un tiempo en que fue vanguardia. Ahora ya no lo es.

¿Qué es entonces un performancero?

- Es alguien que, antes de todo, usa su cuerpo con la finalidad de expresarse. Después puede eligir las herramientas que empleará para hacerse entender lo mayor posible. Objetos simples como una cinta canela o cutter son suficientes para hacer un performance. Evidentemente la cuestión va más allá.

¿Qué otro elemento agregas a tus acciones?

- Bueno, en mi caso he utilizado constantemente mi cuerpo, en especial mis genitales y el desnudo. Transito por extremos grados de dolor en Close your legs (Cierra tus piernas) realizado en New York donde me introduzco un Niño Dios de 15 centímetros y después me cosó los labios. Es otras palabras: este arte no no es teatro; me siento deshonesta si finjo el dolor.

¿Te gusta no gustar, te llama la atención shockear al público?

- Sí, yo aprendí a trabajar fuera de lógica, de lo que no te esperas, de la sorpresa, siempre en el ambito de lo shockeante . En el terreno de lo polisemántico (los muchos significados paralelos) y de lo que no te deja un saber desde el principio. Algo que después entiendes y no en ese momento.

¿Qué opinas de las obras que se presentan en la capital del país?

- Me da mucha weva lo que he visto en todos lados. No crean nada nuevo, no rompen estructuras.

Texto extraído de:
http://www.zonar.tv/reciclaje/artes/congedeuva.htm