Fermín Ceballos: Aislamiento

Fermín Ceballos: Aislamiento
Reseña de Sayuri Guzmán
Arte-Estudio

Intentaremos aquí evidenciar la experiencia de un arte vivo, presencial e irrepetible como la performance, es casi imposible para el lector entender el acto al que no ha asistido y aún más difícil para el espectador expresar lo que ha sentido. La performance termina y sólo nos queda la documentación de la acción pero ésta, estática o móvil, nunca se iguala a la performance en si.


Aislamiento de Fermín Ceballos, es una performance realizada el pasado viernes 19 de agosto en el kilómetro 12 de la autopista las Americas, se prolongó hasta el amanecer del sábado 20, y tomo días de planificación. En esta acción el artista enfrentó al espectador con la lucha interna del hombre moderno, este hombre que se separa, se aísla y se encierra a sí mismo. Otros artistas han trabajado el tema del encierro, así, Chris Burden en Five Days Locker Piece estuvo encerrado durante 5 días en una casilla de la Universidad de California como exposición de tesis de su Master doctoral en Bellas Artes ( cinco días por los cinco años de estudios universitarios), Regina Galindo en Proxemica se encerró durante una noche en una estructura de block construida previamente para evidenciar el espacio personal que no puede ser invadido por nadie, estos para citar algunos. No es la primera vez que los artistas coincidan en las mismas preocupaciones.


Sin embargo, Aislamiento tiene otras características, se elige como locación un islote (el peñón del “ajogao”) en las aguas del mar Caribe a unos 50 metros de tierra firme, que tiene que ser nivelado hasta lograr una plataforma de 2 metros y medio por dos metros y medio. Al salir el sol del viernes 19 Fermín cruza a nado hasta el peñón, en donde están colocados 432 ladrillos y varias latas de pegamento para su colocación. Fermín se encomienda al sol que empieza a bañar las aguas con los brazos abiertos en actitud de entrega, el sol lo cubre poco a poco hasta llegar a su rostro que se ilumina con una sonrisa, hace tres inclinaciones de cabeza en señal de reverencia y acto seguido comienza a preparar la mezcla para levantar la estructura de ladrillos que lo encerró completamente.


En una sociedad en donde ya no existe la capacidad de generar el asombro, la performance de Fermín subraya más que nunca la trascendencia y la elaboración que nos subyuga, que nos agita y nos envuelve, es que Fermín consigue que el espectador participe con una mirada atenta de cada uno de los ladrillos que va colocando desde el amanecer hasta el ultimo a las 5:43 pm. Durante todo ese tiempo en ningún momento se detuvo ni siquiera para tomar agua fueron casi doce horas de trabajo que culminaron en el Aislamiento total del artista, unión armónica de contenido y forma.



Fermín nos arrastra a una estructura creada por el mismo, riesgosa, en la que se recluye y se protege. En la que asciende y se consume, o sea se trasmuta salvándose nuevamente con los rayos del sol.


Durante aquella larga noche, para los que permanecíamos en la otra orilla, la imagen incólume de la estructura de ladrillos sobre el peñón nos cautivaba y nos turnábamos para contemplarla con fascinación, esa fascinación que sólo consiguen las obras bien elaboradas, los ladrillos eran la única muestra de la presencia ausente de Fermín Ceballos. La lluvia también nos visitó durante unos veinte minutos, dando paso a una luna llena hermosa e imponente.

Todo hombre de una u otra manera ha vivido alguna vez en su vida el encierro, ese Aislamiento elegido. Todos alguna vez nos hemos construido muros, nos hemos separado, y en esa soledad nos hemos encontrado con nuestro yo interno. Lo especial que encontramos en la performance Aislamiento es que los que no estábamos dentro del cubículo creado por él experimentamos un Aislamiento existencial profundo y real.


Aislamiento nos lanza a la búsqueda, nos enfrenta con el azar y el riesgo de la aventura de mirar dentro de nosotros mismos; nos lleva a salir del lugar de nuestra comodidad para encontrarnos con la plenitud de la vida, y con las diversas posibilidades para afrontarla, nos sacude de emoción, nos advierte cómo anda nuestra relación entre el dar y recibir, sobre todo para avanzar en el cambio es necesario destruir todos aquellos viejos hábitos que ya no favorecen nuestros procesos de vida, nuestros procesos creativos, de tal modo que nos invita a "matar", deshaciéndonos de lo que ya no sirve. Limpiar la casa, para dejar espacio a lo nuevo, recordemos que todos los animales son mucho más débiles al momento de nacer, más frágiles y vulnerables, pero también más sanos y puros.


Al despuntar el alba del sábado todos esperábamos la salida de Fermín y fue entonces cuando se escucharon cinco golpes espaciados, luego noventa y ocho golpes continuos, al número quince cayó el primer ladrillo al ventidos el segundo y así fueron cayendo los ocho ladrillos que Fermín saco de su sitio para salir nuevamente, y otra vez a nado llego a la orilla. Luís Reyes Guzmán, artista plástico, decía: “…esperamos que Fermín regrese más sabio de la montaña…”, no sé cómo él habrá regresado, yo sólo sé que los que estuvimos allí no seremos los mismos. Mientras tanto la estructura permanece allí intacta como una muestra del Aislamiento realizado.

Nota: Tanto Fermín Ceballos como Arte-estudio agradecen a quienes hicieron posible esta acción: Ayuntamiento de Boca Chica, Defensa Civil, Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este, Alfarería Dominicana, Fundación Igneri, Rosa e Ivonne Hernández, y la comunidad de los Frailes.